L'atropellament d'una menor santcugatenca


  • Comparteix:

victor.alexandre

Victor Alexandre


Publicat: el 14/oct/11
Opinió
Més Columnes de l'autor
PDF

Aquests dies hem hagut de lamentar la mort d'una menor santcugatenca, antiga alumna de l'Institut Angeleta Ferrer, en un atropellament de matinada, just al davant de la discoteca que hi ha a la carretera de Sant Cugat a Rubí.

ESCOLTA-HO

La mort es va produir quan un cotxe conduït per un jove de 20 anys, acompanyat d'un altre de 28, la va envestir i va fugir aprofitant la foscor. Per sort, però, la seva va ser una fugida inútil, ja que els Mossos d'Esquadra els van localitzar i els van detenir, i, arran d'això, el jutge imputa al conductor un delicte d'homicidi i l'acusa de conduir sense carnet i de no haver-se aturat per auxiliar la víctima.

De tota manera, com que sobre aquestes qüestions ja s'hi pronunciarà la justícia i no trigarem a saber-ne el desenllaç, no té gaire sentit fer especulacions. Des del meu punt de vista, l'aspecte que de debò ens ha de fer meditar no és l'atropellament en si mateix, que és terrible però implícit en la nostra societat com a factor de risc, sinó el nivell d'estupidesa d'un individu capaç de conduir un vehicle sense carnet i la baixesa moral que suposa atropellar algú i fer-se escàpol deixant-lo a terra dessagnant-se. Cal ser molt miserable, francament. I molt covard, també. Però sobretot molt miserable. El problema de la nostra relació amb aquesta mena d'individus és que no els podem reconèixer fins que la vida els desemmascara. I quan ho fa, com en el cas que comentem, tot sovint és massa tard per a la víctima. Per això esborrona pensar que hi hagi gent convençuda que la seva impunitat és més important que la vida de la persona que han ferit.

VICTOR ALEXANDRE és escriptor i periodista
Victoralexandre.cat



  • Comparteix:

COMENTARIS

Lamento profundamente la muerte de esta menor. Un desaprensivo, sin escrúpulos ni conciencia, en un acto para el que no encuentro calificativos, la atropella y se da a la fuga. Estamos hablando de alguien que ya partía de la comisión de un delito, que partía de conducir sin carnet, que, en consecuencia sabía que iba a tener que dar muchas explicaciones al propietario del vehículo y que por no verse cogido, huye del lugar, añadiendo otro delito más, es lo que pasa siempre, cuando hay un delito de partida, se establece con posterioridad una cadena de ellos en la que cada uno trata de tapar al anterior. El sufrimiento de esos padres por la pérdida de su hija es irreparable. El profundo dolor que estos desgraciados acontecimientos les produce, les marcará para toda su vida. Hay momentos en los que sólo cabe llorar y las lágrimas son el único bálsamo. La infinita tristeza que produce la pérdida deja un vacío tal que es como si el resto de la vida ya no tuviera sentido. Es una parte de uno mismo la que se va con el hijo perdido. La justicia actuará. Lamentablemente con mucha mayor lentitud de la que fuera deseable. Ya veremos lo que les queda por pasar a estos padres cuando empiecen los abogados con las eximentes, pues este país es, en muchas ocasiones, más garantista con el delincuente que con la víctima. El sistema jurídico y penitenciario de este país ha de ser debatido y cambiado. Es un sin sentido que, si no fuera por lo trágico, produciría risa, que un individuo pueda ser condenado a más de mil años de prisión y a los veinte ya esté gozando de libertad provisional. Seamos serios, ponderemos correctamente las penas y, una vez decidida la racionalidad y proporcionalidad de la pena al delito por el que se le impone, si la condena es de veinte años, que sean veinte años, ni un minuto más ni un minuto menos. Durante ese tiempo el reo tiene el derecho a reinsertarse si quiere, puede estudiar, trabajar, etc. y, una vez cumplida la condena, al salir en libertad, ha de tener los soportes sociales que le permitan dicha reinserción, sin que nadie pueda recriminarle por los delitos cometidos pues ya pagó a la sociedad por ellos. Ahora bien, esa sensación de justicia, jamás podrá tenerla la sociedad mientras siga viendo horribles crímenes que han merecido condenas de más de mil años y que antes de los veinte, por motivos políticos, ya los pongan en libertad, resultando en algún caso, que le sale a nueve meses de presidio cada uno de los asesinatos cometidos. Como ciudadana, me es lacerante, ver a la madre de Sandra Palo recogiendo firmas para que este gobierno, que todavía padecemos, cambiara la ley del menor, pues al asesino de su hija le faltaban dos horas para tener la mayoría de edad y por ello era juzgado como menor e internado en un centro para menores, en el que durante su estancia mientras se realizaba el juicio, todos pudimos ver por TV. cómo sus educadores afirmaban que lo único que habían conseguido de él era que comiese con cuchillo y tenedor. En lo referente a delitos de gran repercusión, al último que asistimos los ciudadanos es a presenciar el vuelo de un faisán disecado. Veremos dónde se posa.

Maria del Carmen Freidias. Enviat el 15/oct/11


OPINA

Identifica't per comentar aquesta notícia.

Si encara no ets usuari de Cugat.cat, registra't per opinar.

Avís important

Tots els comentaris es publiquen amb nom i cognoms i no s'accepten ni àlies ni pseudònims

Cugat.cat no es fa responsable de l'opinió expressada pels lectors

No es permet cap comentari insultant, ofensiu o il·legal

Cugat.cat es reserva el dret de suprimir els comentaris que consideri poc apropiats, i cancel·lar el dret de publicació als usuaris que reiteradament violin les normes d'aquest web.