Pandemias y laberintos

Dimitri Defranc


Publicat: el 26/des/20
Opinió| Columnes

Nos venció un virus, aún con la vacuna, aún con todo lo misterioso o bueno que está por venir ya hemos perdido demasiado. Se pierde buena parte de una generación, su conocimiento, su calor, la experiencia de los años que logra mejorar el equilibrio de la mente y los sentimientos.

Perdimos más de lo que pensamos en un laberinto de confusión, aún no recogemos los escombros de esta "ruina" en la que nos hemos quedado, y peor aún a la que nos hemos resignado.

Nos resignamos porque cuando vimos la destrucción a la naturaleza nos quedamos inactivos, ahora lo vimos de cerca en las residencias de ancianos nos quedamos impávidos y así acumulamos agravios e inacciones.

Peligroso es el precedente que hemos creado como ciudadanos ante la indolencia e incompetencia de la clase política y la partidocracia que nos entretiene con tuits mordaces y posados de instagram, mientras los ciudadanos envolvemos a nuestros seres queridos en las mortajas.

Al final sigue siendo cierto que una sociedad responde a las emergencias en la misma medida que responde a su cotidianeidad.

Ahora toca recoger los escombros de la sociedad aún en pie a pesar de la pérdida y aprender la lección para mejorar. Mejorar como tratamos a la naturaleza y como nos tratamos a nosotros mismos como humanidad. También mejorar a la hora de elegir, ser elegidos y saber diferenciar el canto de sirena del marketing de los que venden ideologías como un queso rancio de los que de verdad se preocupan por el futuro propio y ajeno.

DIMITRI DEFRANC és president de Proposem