Aborto eugenésico: punto y final

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31/07/12 a les 06:00h
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Secció: Opinió

Sant Cugat del Vallés es una de las ciudades baby-friendly más importantes de España. Todos deberíamos considerar por ello como muy positivo el anuncio hecho la semana pasada por el Ministro de Justicia de eliminar la malformación en el feto o cualquier anomalía en el mismo como supuesto que permita abortar. Es tan sólo un paso – aunque no el único ni, por supuesto, el último – en la defensa de la dignidad de todo ser humano, pero un paso que supone un verdadero progreso histórico en nuestro país en la defensa del derecho a la vida.

Aunque muchos políticos pretenden ubicar el debate del aborto en el terreno ideológico – utilizándolo desgraciadamente como un instrumento más a la caza del voto y activar así a sus bases – considero que no se trata de un tema de derechas o izquierdas sino de dignidad; dignidad de todo ser humano por el mero hecho de ser ser humano. Claro que si escuchamos a la flamante ex ministra Bibiana Aído nos dirá que el feto es un ser vivo pero no hay base científica para calificarle como humano. Haría bien esta señora en hablar con algún catedrático de Embriología o de Genética y quizás no repita más la frase. Recordemos que en la legislación actual (artículo 15 Ley Orgánica 2/2010 de 3 de marzo), entre otras perlas, se establece que si el feto sufre una enfermedad extremadamente grave e incurable (la ley deja a un comité clínico el criterio para decidir si por ejemplo un síndrome de down cumple tal requisito) no es necesario abortar dentro de un plazo, por lo que sería legal incluso abortar en el octavo, noveno mes de embarazo. Con razón el Ministro dijo que le parecía éticamente inconcebible que hayamos estado conviviendo tanto tiempo con esa legislación”. Aunque lo cierto es que la dignidad de todo ser humano, previa o por encima del reconocimiento de los poderes públicos, no depende de su desarrollo en el tiempo, su dignidad no es un tema de plazos, de modo que tiene la misma dignidad un feto de un mes que de ocho meses. La dignidad del hombre, su derecho a la vida, no lo pueden otorgar los plazos ni los parlamentos (no tienen legitimidad para ello) sino que éstos han de limitarse a declarar o reconocer esos derechos preexistentes, innatos al hombre. Por eso, la ley del aborto es una ley intrínsecamente injusta. Las críticas que llegan desde la izquierda (con argumentos tan sólidos como que esto comportará volver al franquismo o al siglo XVII) chocan con la lógica del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), que ha valorado positivamente el anuncio del Ministro de Justicia de eliminar de la legislación la posibilidad del aborto eugenésico, por tratarse de una actuación contraria a los derechos humanos. Según el CERMI, el aborto eugenésico parte de la base de que la vida de las personas con discapacidad es menos valiosa que la del resto, y por este motivo se le puede aplicar un trato desigual, que encierra una clara discriminación. El CERMI ha recordado que la ONU, en septiembre de 2011, recomendó al Gobierno de España que derogase cualquier supuesto discriminatorio por motivos de discapacidad en relación con la regulación del aborto, dado que resulta contradictorio y vulnera la Convenio Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, de 2006, firmada y ratificada por España, y aplicable en nuestro país desde 2008. Curiosamente, muchos defensores de la igualdad, empezando por el Ministerio de Igualdad, ha callado obscenamente ante este trato discriminatorio por razón de discapacidad en este ámbito. El Ministerio regentado por Bibiana Aído, que debería haberse opuesto al aborto eugenésico al menos a raíz de la firma de este Convenio Internacional en 2008, miró hacia otro lado. ¿No será porque tenía que ser fiel a su ideología, esto es, bien sumisa a los postulados de la ideología de género? La Federación Down España ha celebrado también que en la reforma de la ley del aborto la malformación del feto deje de ser un supuesto para abortar ya que “posibilitará la vida de todas las personas con down, en igualdad de condiciones”. Felicidades Sr. Ministro por la iniciativa. Sea valiente; los lobbys proabortistas, organizaciones internacionales que actúan a golpe de subvención, la izquierda en general y la mayoría de medios de comunicación serán implacables con Usted. Además, se ejerce todavía una gran presión social para que las prácticas eugenésicas, ante el diagnóstico prenatal, se consideren, no sólo normales, sino también recomendables. Por último, ¿quién podría acudir a un Centro como el de ASDI, y mirando a los ojos a algún usuario con síndrome de down, explicarle que tienen menos derecho a nacer todos aquellos que sufren esta discapacidad? ¿Dónde ha quedado el principio de no discriminación? Y buen verano a todos! Bruno de Salvador és regidor del PP