2014 será con bastante probabilidad el último año en que el equipo de gobierno municipal se ha tomado las uvas de fin de año al calor de la mayoría absoluta…
Un año en que la alcaldesa ha destacado especialmente por gobernar para los suyos, olvidando el bien común al que teóricamente debería servir. La instalación de la estelada en la plaza de la estación, previo pago de 6.000 euros, es un ejemplo de ello aunque no el único; el pasado octubre me vi en la obligación de presentar una denuncia ante los Mossos d’Equadra por el presunto uso indebido de medios y recursos municipales para promocionar y facilitar una consulta suspendida por el Tribunal Constitucional. Las constantes subvenciones a entidades independentistas contraviniendo en ocasiones el ordenamiento jurídico tal como señalan diversas sentencias judiciales, la brigada municipal colgando carteles de una determinada entidad privada (por cierto, oh casualidad, independentista) como si fuera la ciudad un cortijo privado, el otorgamiento 20.000 euros de los santcugatencs para los actos santcugatencs del tricentenario… ¿Sigo? Un año que empezó ya con muy mal pie; aprobándose de manera definitiva en el pleno un Plan de Movilidad demasiado ambicioso, propio de una etapa de vacas gordas, una plan cinco estrellas que está presupuestado nada más y nada menos que en casi 30 millones de euros y que si se cumple (¿o es puro humo?) condicionará las finanzas de los gobiernos municipales de los próximos mandatos. Otro de los temas que han resultado lamentable es el desprecio por parte del equipo de gobierno para con los concejales de la oposición en materia de información, lo cual no deja de ser curioso en un gobierno que presume día sí día también de ‘transparente’; a pesar de reiteradas quejas, muchos de los asuntos de ciudad (Biblioteca central, Museo de las matemáticas, espacio Grau Garriga, Proyecto 6 Claus La Floresta…) han sido conocidos por los concejales de la oposición a través de los medios de comunicación. La política económica presenta también claro-oscuros; pese a los positivos intentos de promocionar el comercio local y tratar de atraer grandes empresas a la ciudad, el equipo de gobierno ha renunciado a realizar una ambiciosa y valiente rebaja de la deuda pública de la ciudad que a día de hoy está entorno al 60% (¡unos 64 millones de euros!) y, que pese a que en años anteriores era superior, todavía supone una losa inaceptable que hipoteca a las generaciones futuras y que a las presentes les ocasiona cuantiosos gastos financieros. Respecto a servicios urbanos, mejor ni hablar del estado de aceras y calles… Las prioridades tampoco son el punto fuerte de este gobierno; con la cantidad de familias que tienen verdaderas dificultades para llegar a fin de mes , el gobierno municipal sigue con su afán recaudatorio y renuncia a una reducción valiente del gasto público que permita una reducción de impuestos, tasas y precios públicos. Algunos ejemplos de gasto público más propio de una época de vacas gordas que se han contraído en 2014: 1,3 millones de euros en renovación de juegos de parques infantiles, 3,5 millones de euros en un pabellón deportivo en la Guinardera (a construir en este semestre, esto es, en plena precampaña de las municipales), sin olvidar el millón aproximado anual en gastos de comunicación… De los sueldos de altos cargos, algunos superiores al del presidente del gobierno, mejor tampoco… En cuanto a la situación de los barrios, invito a asistir a los consejos de barrio para ver el nivel de ‘satisfacción’ de los vecinos, especialmente en uno de los barrios mas olvidados: les Planes. ¿Es mucho pedir a un equipo de Gobierno que cumpla y priorice las competencias obligatorias municipales y aparque su ideología independentista a la hora de gobernar la ciudad? Señora Conesa, ante todo buen año nuevo, pero sea por favor la alcaldesa de todos… BRUNO DE SALVADOR és regidor no adscrit
