Elecciones europeas, opciones de voto

Jordi Carreras


Publicat: el 20/mai/14
Opinió| Columnes

No me cabe la menor duda de que en las próximas elecciones al Parlamento Europeo el voto útil que garantizará una influencia fuerte de España en Europa, una colaboración positiva para todos los europeos, pero también para todos los españoles, es el voto al Partido Popular.

El proyecto económico que propone el Partido Popular para Europa se basa en los hechos que resultan de las políticas aplicadas en España. No en palabras, no en miedos, no en promesas, no en afirmaciones vacías. Si cuando llegó el Partido Popular al gobierno España era uno de los principales problemas de Europa, tras un gobierno catastrófico, ahora resulta que se ha convertido en el modelo para salir de la crisis para los restantes países europeos.

La economía española ha crecido durante el primer trimestre de este año un 0'4%. Un crecimiento que supera la media europea y que supone que nuestro país es el segundo, por detrás de Alemania, en cuanto al crecimiento durante este período. En Europa, de cada tres personas que pasan del paro al empleo una es española. Las previsiones europeas para el año próximo 2015 estiman que España crecerá por encima del 1% y será el que alcance un mayor porcentaje, por delante de la misma Alemania. Las previsiones auguran también un gran aumento del turismo en nuestro país. Por dar sólo algunos datos.

En cambio, voto fuertemente inútil, en mi opinión, es el voto socialista. El proyecto socialista para Europa pretende volver a aplicar las mismas políticas económicas y sociales que han provocado la crisis tanto en Europa como en España. Algo realmente sorprendente. ICV es lo mismo pero más aún, o sea peor aún. Afirman que hay que salvar el estado del bienestar cuando son precisamente ellos los que han estado a punto de quebrarlo. Y no es que ahora ofrezcan nuevas propuestas o soluciones, no; proponen que se haga lo mismo que se hizo años atrás con unos resultados que aún estamos pagando y pagaremos. Sorprende la falta de ideas, el vacío intelectual de estas formaciones. No es de extrañar que pongan tanto énfasis en unas declaraciones más o menos afortunadas del candidato popular sobre su debate con una mujer. Pero aquí nuestras mujeres hablan por sí solas, y su valía personal y profesional no necesita ser defendida por paridades; desmiente con su sola presencia todas las tonterías sobre el antifeminismo del Partido Popular. Y yo confío, mi partido confía, en la inteligencia de nuestros votantes.

El voto nacionalista es sin duda el voto localista. Es decir, es votar a quienes sólo son capaces de moverse en el ámbito local, sólo son capaces de mirar sus intereses más inmediatos y sus propósitos más cercanos; incapaces de levantar la vista y mirar al resto del mundo, algo así como la gallina que sólo es capaz de ver el grano que picotea, y por supuesto no puede, ni quiere, intentar levantar la vista y volar alto. Votar nacionalista es tirar el voto, porque quienes vayan a Europa no influirán en nada y sólo buscarán inclinar Europa hacia ellos, siguiendo el sueño de su empeño en objetivos irrealizables.

Y queda por último la opción del voto residual. La de aquellos pequeños partidos de más o menos antigüedad, que reclaman un voto perfectamente inútil, tanto como tirarlo a la papelera. Votar a partidos cuya máxima aspiración, en sus sueños más optimistas, consiste en obtener un diputado en el Parlamento Europeo, supone ciertamente una falta de realismo muy notable. Un sólo diputado (ni que fueran dos o tres) no puede influir de ningún modo en Europa, su presencia no llegaría ni a testimonial prácticamente, porque pasaría del todo desapercibida. Quizá quien les vote se queda muy satisfecho consigo mismo, e incluso piense que ha actuado según su conciencia, pero que sepa que no sólo no ha contribuido a la mejora y el avance nuestra sociedad, sino que ha conseguido justo lo contrario; que no sólo no ha conseguido defender los valores en los que cree, sino justo lo contrario también.

Esperemos que de este proceso de enormes dimensiones como es la unidad europea, resulte para todos, es decir, para todo el mundo, un universo social más habitable, más justo, más solidario y más democrático.

JORDI CARRERAS és portaveu del PP