Sí, señor. Entonces la política se convierte en un ejercicio cotidiano de hablar de sí misma, hay que visualizarla y casi diría que sobarla, y se vuelve soporífera, alejándose de su función más importante, que es servir. En lugar de eso pasa a importar que si eres Capuleto o Montesco, 'uno de los nuestros', en plan De Niro, o de los suyos. Y así, la conversación cotidiana es un discurso, o mejor dicho, un sermón bien aprendido que tienes que dar y sobre todo tienes que convertir a tu causa a quien te escucha, no sea que se vaya pensando que es libre de opinar o de ser quién quiera. Pues sí, así estamos machaconamente hace un año o más. Gracias a Dios como soy bastante autista no lo empecé a sufrir cuando empezó y fui una víctima tardía de tanto fervor. Para consolarme pienso que son ciclos históricos en España y Europa y la década de los años 30 del siglo XX ya pasó. El problema es que aquello terminó fatal y confío que esto pase como una pesadilla y entremos en un periodo de políticos no famosos, sino grises, de esos que solo quieren hacer un trabajo funcional para mejorar la vida de todos, rojos y azules. Un trabajo de mejora de calles, leyes justas, etc. Aburrido pero que de eso se trata; no de dar la paliza estéril y sobre todo muy muy peligroso. Ya te digo.
LOLA SANCHA és membre del PSC
OPINA
Identifica't per comentar aquesta notícia.
Si encara no ets usuari de Cugat.cat, registra't per opinar.
Avís important
Tots els comentaris es publiquen amb nom i cognoms i no s'accepten ni àlies ni pseudònims
Cugat.cat no es fa responsable de l'opinió expressada pels lectors
No es permet cap comentari insultant, ofensiu o il·legal
Cugat.cat es reserva el dret de suprimir els comentaris que consideri poc apropiats, i cancel·lar el dret de publicació als usuaris que reiteradament violin les normes d'aquest web.