En Sant Cugat, yo acuso


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Álvaro Benejam


Publicat: el 5/mai/15
Opinió
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En nuestro municipio, tenemos un gobierno municipal salido de las urnas en las últimas elecciones municipales celebradas en mayo de 2011. Para algunos se trata de un gobierno ejemplar, que ejerce sus funciones de forma equilibrada y que no comente fallo alguno en su gestión. En cambio, para otros, entre los que me cuento, se trata de un gobierno que, a pesar de hacer cosas bien en algunos aspectos, es capaz de cometer tropelías dignas de personas de catadura moral verdaderamente relajada, sin importar a quien pueda afectar y hasta qué punto.

Me estoy refiriendo al tema de la recaudación de impuestos en Sant Cugat, concretamente al Impuesto sobre el Incremento del Valor de Terrenos de Naturaleza Urbana, coloquialmente conocido como 'plusvalía municipal', que grava la plusvalía de valor que haya tenido su propietario durante el tiempo que el inmueble haya sido de su propiedad.

La tropelía a la que me estoy refiriendo en relación con la plusvalía es que al propietario que vende su inmueble después de haberlo tenido bajo su propiedad durante un tiempo, se le cobra el impuesto de plusvalía (que puede subir perfectamente a 5.000 euros para un piso normal y corriente de Sant Cugat) a pesar de haberlo vendido por debajo del precio por el que lo adquirió.

Ejemplo: La familia A compró un piso en Sant Cugat en el año 2006 por 300.000 euros, con su correspondiente hipoteca que le cuesta unos 1.000 euros al mes, que pueden pagar sobradamente porque los dos adultos trabajan. En el año 2012, dados sus problemas económicos para pagar un importe mensual de hipoteca tan alto (uno de ellos se ha quedado sin trabajo por la crisis), deciden vender el piso e irse a otro de alquiler, que les costará 600 euros al mes.

Esa crisis inmobiliaria ha hecho que el valor del piso haya descendido un 30% como mínimo, por lo que consiguen obtener por la venta del piso unos 230.000 euros, es decir, 70.000 Euros por debajo de lo que lo compraron. El Ayuntamiento les genera una liquidación por la plusvalía de 5.000 Euros, que ellos se ven obligados a pagar a plazos por no disponer del dinero en ahorro.

Y la pregunta es: ¿Si venden a pérdida, cómo es posible que se les cobre un impuesto por una ganancia (plusvalía) que no existe en realidad? Es porque el Ayuntamiento aplica al pie de la letra la ley que le permite hacerlo, calculando la cuota del impuesto en base a parámetros como el valor catastral y el número de días en que el inmueble ha sido de su propiedad.

Pero, y aquí tenemos la tropelía, el Ayuntamiento le cobra a la familia A el impuesto a pesar de saber perfectamente que los tribunales de Justicia han establecido que no se puede hacer esto, porque no existe 'plusvalía' económica real y, por tanto, no se tiene que aplicar el método de cálculo que la ley establece. Es decir, que no hay ningún impuesto que calcular porque no se devenga, simplemente.

Por ello, yo acuso al actual equipo de gobierno de Sant Cugat formado por CiU (hasta que las próximas elecciones lo remedien) de haber estado cobrando este impuesto de plusvalía a muchísimos ciudadanos de nuestra ciudad sin el amparo legal correspondiente y, lo que es casi peor, sin un mínimo de moralidad 'social' exigible, siendo insensible ante este problema.

Y por último un dato: el Ayuntamiento ingresa cada año por este impuesto entre 13 y 15 millones de euros.

¿Cuántas de las transmisiones de inmuebles hechas desde el comienzo de la crisis en 2008 se han hecho por debajo del precio de adquisición? Puede que la mayoría, de ahí la gravedad y magnitud del problema.

¿Que cómo sé que el equipo de gobierno conoce que está cobrando un impuesto de forma indebida? Porque se lo he dicho yo.

ÁLVARO BENEJAM és regidor i número 2 de la llista del PP




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