Sant Cugat, democracia presupuestaria


  • Comparteix:

guillermo.vidal

Guillermo Vidal

Secretari d'Empresa i Drets Jurídics del PSC


Publicat: el 15/jun/22
Opinió
Més Columnes de l'autor
PDF

El otro día recibí en casa el boletín del Consejo de Barrio del Centro Oeste. Era un recordatorio sobre los presupuestos participativos del barrio en el que se animaba a las personas a realizar propuestas para mejorar nuestro entorno, el entorno de nuestro barrio, donde vivimos y nos relacionamos a diario. Toda una apuesta en la que los vecinos y las vecinas mayores de 14 años y las entidades tenían derecho a dejarse oír. Se podían escoger las 10 propuestas que más gustasen a los votantes presupuestarios. Posteriormente, las 20 propuestas más votadas se validan a nivel técnico por el Consistorio y las que pasen el filtro técnico se presentan y debaten en el Consell de Barri en otoño próximo.

¿Y qué tipo de intervenciones públicas se podían proponer? Pues bien, a grandes rasgos cabía proponer, por un lado, inversiones con visión de barrio con un coste máximo de 50.000,00 Euros, las cuales podían consistir en intervenciones en edificios o espacio público, mobiliario y arte urbano, mejora en espacios naturales y similares. Por otro lado, se aceptaban propuestas en actuaciones no materiales, tales como eventos y programas culturales, sociales o educativos, acciones de formación, sensibilización o comunicación, estudios sobre la ciudad, etc. En este caso, el coste máximo era de 5.000,00 Euros por propuesta. Globalmente, de cara al presupuesto municipal de 2022 y 2023, la cifra máxima ascendía a la apabullante cifra de... 216.000,00 Euros...

Seguramente alguien podría decir, y seguramente no le faltaría parte de razón, que para decidir sobre 216.000,00 Euros en todo el barrio de Centro Oeste (que incluye a Vullpalleras, El Colomer, Can Barata, etc) no hacía falta todo ese viaje de recoger propuestas, depurarlas, debatirlas y, en su caso, votarlas a nivel de Consell. Por lo demás, votamos a representantes municipales para que desarrollen su programa político y, si no nos gustan, cada 4 años nos podemos deshacer de ellos; en consecuencia, no tiene sentido hacer recaer en la ciudadanía, decisiones presupuestarias, por nimias que sean. Además, la práctica demuestra que la participación en este tipo de cuestiones es mínima y que la gente está liada en su quehacer diario. Mejor dejarlo correr...

Mi opinión es otra. Es cierto que los gobiernos locales, democráticamente elegidos, deben tener amplias facultades para desarrollar el presupuesto local. Nada que objetar. Pero no es menos cierto que también queremos fomentar la política, la implicación social en las decisiones colectivas de manera, digamos recurrente. Mal podemos predicar lo anterior, si solo actuamos cada 4 años vía elecciones. Eso crea desafección y en cierta forma acaba beneficiando a los populismos de todos los colores. Debemos fomentar lo contrario, precisamente; la participación ciudadana es importante. Más allá de las materializaciones prácticas de esos 216.000,00 Euros, un presupuesto participativo es una escuela de aprendizaje sobre gestión de lo público, sobre condicionantes económicos y democráticos, sobre visiones diferentes de la ciudad. Así, ¿es preferible un parque infantil o zonas de práctica de deporte urbano? ¿Es prioritaria una campaña de sensibilización de colectivos marginados o de promoción del comercio local? ¿Hay que promover actividades intergeneracionales de cohesión o mejorar la eficiencia energética?

En definitiva, la Democracia son elecciones libres, sometimiento al Estado de Derecho, Derechos fundamentales, respeto a las minorías y similares. Pero si queremos una democracia viva, pujante y orientada al ciudadano, hay que seguir en la línea de fomentar ese pluralismo participante, como mínimo en materia presupuestaria. Seguramente queda camino por recorrer y muchas cuestiones a mejorar, pero 216.000,00 Euros del presupuesto para el barrio del Centro Oeste han sido objeto de democracia presupuestaria participativa en San Cugat. Me gustaría pensar que es solo el principio.

GUILLERMO VIDAL és secretari d'Empresa i Drets Jurídics del PSC



  • Comparteix:

OPINA

Identifica't per comentar aquesta notícia.

Si encara no ets usuari de Cugat.cat, registra't per opinar.

Avís important

Tots els comentaris es publiquen amb nom i cognoms i no s'accepten ni àlies ni pseudònims

Cugat.cat no es fa responsable de l'opinió expressada pels lectors

No es permet cap comentari insultant, ofensiu o il·legal

Cugat.cat es reserva el dret de suprimir els comentaris que consideri poc apropiats, i cancel·lar el dret de publicació als usuaris que reiteradament violin les normes d'aquest web.