¿Dos lenguas, una nación?


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Vera- Cruz Miranda

Vera- Cruz Miranda


Publicat: el 9/nov/15
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'Una lengua, una nación'. Éste es uno de los argumentos de los separatistas para reclamar un estado independiente. Pero ¿qué ocurre cuando en lugar de una lengua tenemos dos? Ahí comienza el problema, aunque de fácil solución: eliminar una de ellas.

En Cataluña se ha hecho creer, y por desgracia muchos lo han creído, que la única lengua propia es el catalán, mientras que el castellano fue una lengua impuesta en ese famosísimo 1714, cuando sufrimos la falsa invasión castellana, que todavía seguimos sufriendo. Por este motivo, como se trata de una lengua impuesta, no es la nuestra. Así de simple, pero así de peligrosa dicha afirmación.

Primero desde las instituciones catalanas, ahora ya desde la misma sociedad, la lengua ha pasado a convertirse en un arma de reivindicación, en lugar de ser un elemento de comunicación. Las asociaciones para defender la lengua catalana, por cierto sumamente subvencionadas por las instituciones públicas, pretenden que el catalán sea una herramienta de cohesión social, así nos lo venden; sin embargo, el objetivo es reducir a la más mínima expresión la presencia del castellano. A nivel institucional ya lo han conseguido, el castellano no existe; a nivel social, están en ello porque una gran parte de los catalanes ya ha adoptado el catalán como lengua materna, aunque no fuera la suya, con el único objetivo de integrarse mejor en la nueva sociedad, intentando ocultar unas raíces no catalanas.

Este argumento, como la gran mayoría, se basa en una realidad hecha a la medida de la causa política, aderezado con una gran capa de victimismo en el que se nos hace creer que el catalán está perseguido, no se respeta, se menosprecia. Cuando en Cataluña se puede vivir las 24 horas en catalán: televisiones, periódicos, radios, colegios, sin ningún problema y sin ningún acoso.

La realidad es bien diferente a lo que nos quieren hacer creer. En Cataluña hemos convivido con dos lenguas: el castellano y el catalán desde hace siglos. Sí, digo bien, siglos. Al final de la Edad Media ya se empezó a utilizar el castellano, aumentando su presencia de forma natural, relegando el catalán a ámbitos más populares y perdiendo auge desde el comienzo de la época moderna. Todo esto sin ninguna imposición, sino más bien por necesidad o por interés. Creo que más de 500 años son suficientes para sentir que el castellano también es nuestra lengua y que los catalanes llevamos siglos utilizándola sin ningún problema.

Por tanto, renegar del castellano, una lengua que hablamos desde hace siglos; relegarla a un segundo plano; menospreciar su importancia; olvidar nuestra tradición lingüística y nuestra cultura literaria; negar parte de nuestra historia y la de nuestros antepasados; es mentirnos a nosotros mismos de manera poco honrada. ¿Realmente la negación de parte de nuestras raíces y de nuestra cultura debe ser la actitud de un buen catalán? Creo que deberíamos reflexionar y ser más tolerantes con nuestro pasado.

VERA-CRUZ MIRANDA és simpatitzant del PP i historiadora



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